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sábado, 24 de noviembre de 2018

Google ya tiene su propio cementerio

Google es sinónimo de éxito, de gigante empresarial, de fortuna, de buenas decisiones y de capital. Pocos se atreverían a despreciar la fórmula de esta multinacional que, en sus más de 20 años de vida, ha conseguido controlar el biorritmo de Internet y que cuenta con las dos páginas web con más tráfico del mundo: el propio buscador de Google y YouTube. Sin embargo, Google también tiene muchas manchas en su expediente, muchos proyectos fracasados, varios gatillazos y unas cuantas historias para olvidar. Desde hace unos días, eso de olvidarlas va a ser algo más complicado, ya que Google ahora también tiene su propio cementerio.

El pasado mes de octubre, Google anunció que había tomado la decisión de cerrar Google +, la red social con la que la compañía pretendía luchar contra Facebook. El servicio dejará de funcionar en agosto de 2019, tiempo suficiente para que los pocos usuarios que todavía tenían información allí depositada la traspasen a otro lugar. ¿Las razones? Un error en el software de la herramienta que exponía los datos de sus usuarios y, sobre todo, la pobre acogida entre el público. La cuestión es que Google + dará el salto al cementerio de la compañía, donde reposan más de una treintena de familiares.

Creado por Naeem Nur, The Google Cemetery es el lugar de descanso no oficial de todos los proyectos de Google. Un recorrido que se inicia en el año 2006 con la defunción de Google Answers, un "mercado del conocimiento" que ponía en contacto a gente con dudas sobre una temática concreta y profesionales dispuestos a dar una respuesta a cambio de una cantidad económica. El proyecto sigue online, con el diseño y la tecnología de 2006, pero desde ese año no acepta nuevas preguntas. ¿Quién querría pagar por algo que se podía conseguir gratis, precisamente, a través de Google?

Un año más tarde, Google decidía darle carpetazo a otro de sus proyectos, en este caso a Dodgeball, que había comprado en 2005 al desarrollador de FourSquare. Avanzado a su época, Dodgeball era un servicio de geolocalización que permitía a los usuarios compartir su ubicación a través del teléfono móvil. Su sucesor, curiosamente, también forma parte del cementerio de Google: Google Latitude, clausurado de forma definitiva en 2013.

Google Cemetery es una sencilla recopilación de las manchas que tiene la compañía de Mountain View en su expediente, y si pasamos el cursor sobre cada uno de estos proyectos descubriremos la razón por la que fueron clausurados.

En este listado encontramos aplicaciones o herramientas tan poco conocidas como Aardvark, que bien podría presentarse como una evolución de Google Answers con respuestas en directo, o Google Wave, un servicio de comunicación que pretendía unir en un mismo punto el correo electrónico, la mensajería instantánea y los editores colaborativos. Duró dos años en pie, uno menos que Aardvark.

Pero en ese camposanto también aparecen otros proyectos importantes de la compañía y que convencieron a millones de usuarios, como Google Reader, un estupendo lector de RSS que desapareció en 2013 tras ocho años de vida por (supuestamente) una caída en el número de usuarios; o Picasa, un programa para ver, editar y organizar imágenes digitales, así como un servicio para compartirlas vía web. Google compró Picasa en 2004 y dejó de darle soporte en el año 2016 para dar prioridad, y ahí no podemos decir que se equivocaran, al excepcional Google Photos.

La última lápida del cementerio de Google, como decíamos, pertenece a Google +, aunque a nadie se le escapa que pronto tendrá nueva compañía...



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