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domingo, 29 de marzo de 2015

Siete libros del primer trimestre de 2015. Biblioteca Error 500

Nostalgia-Mircea-Cartarescu

Uno se había conjurado compartir las lecturas en el blog, por aquello de que obligarte a volver sobre las obras, repensarlas para intentar una glosa o acaso una crítica, es leerlas mejor. No he llegado a artículo por libro – en parte porque con la mayoría tengo la certeza de no estar a la altura – pero vamos a intentar hacer un balance trimestral que además espero que sea oportuno para recomendar lecturas de cara a Semana Santa y lo que queda antes de verano.


Ahí van mis siete libros del primer trimestre de 2015:



  • El ruido de las cosas al caer, de Juan Gabriel Vásquez. Una novela que llegó en el momento oportuno, justo cuando buscaba algo fácil de leer, digerible sin acabar siendo una golosina vacía. Con Vásquez uno pretendía un nuevo acercamiento a la literatura colombiana sin caer en mis lecturas de joven (García Márquez, claro, también la Restrepo) y he acabado encontrándome con un colombiano que escribe con prosa europea. Aunque a más de uno le pueda hastiar la falta de adorno, yo me he sentido muy cómodo con la ausencia del “soniquete” de la prosa propia de la región.

    La historia además ayuda a entender el trauma de la sociedad colombiana (dibujada en el protagonista), con la superposición de dos generaciones – la primera que ve emerger el narco, la segundo que sufre la violencia cotidiana unas décadas más tarde – de dos accidentes de avión y de dos historias de fracaso amoroso y personal. Realismo sin magia para una novela que puedo recomendar sin pudor. En Amazon está a un precio muy asequible tanto para Kindle como en bolsillo.










  • Nostalgia, de Mircea Cartarescu. Deslumbrado quedé con este rumano que apenas conocía, pero que sumando una buen crítica – creo recordar que Fresán en ABC – y venir abalado por su editor, Impedimenta, tenía en mis pendientes desde hace tiempo. Cartarescu es una surte de Borges de los cárpatos pasado por obsesiones kafkianas (en el sentido literal), que además tira del primero para introducirnos en el relato – sí, Nostalgia es un compendio de relatos / novelas cortas – más divertido del volumen, “El ruletista”: la historia de un hombre desafortunado y desgraciado por ello hasta que, con más voluntad de morir que de ganar, empieza a enfrentarse a la ruleta rusa frente a otros que apuestan y otro, el narrador, que lo convierte (y así mismo) en un personaje literario.

    Probabilidad borgiana que deriva en lo fantástico, metaliteratura y ensoñaciones. Todo ello construido con inteligencia y obesesión por lo onírico y lo literato. Muy recomendables del volumen también “El Mendébil” y “REM”, muy recomendable Cărtărescu. En Amazon sólo encontramos la edición en tapa blanda (una pena que Impedimenta no lleve todo el catálogo a libro electrónico), pero siempre muy cuidada, marca de la casa.







  • “Los vivos y los muertos” de Joy Williams. Es el libro que menos me ha gustado del trimestre. Aunque venga recomendado por Banville, este “Los vivos y los muertos” se me hizo largo, quizás por no llegar en el momento adecuado. Williams abunda en el costumbrismo de James Salter, capaz de dibujar lo cotidiano mientras poco a poco va revelando las pasiones, lo oscuro y lo trágico, la existencia incapaz de ser reducida a convenciones. Mi problema con “Los vivos y los muertos” es que me cansé de que se pase toda la novela presentando nuevos personajes y que, en el fondo, creo que no es tan brillante como aquél. En Amazon sólo en papel, aunque si tuviese que recomendar en este estilo, iría decididamente a por Años luz .





  • El hombre en el castillo de Philip K. Dick. Aprovechando que viene la serie, decidí volver a uno de mis escritores predilectos de ciencia ficción. “El hombre en el castillo” es puro Dick, una premisa seductora (una ucronía en la que el eje gana la segunda guerra mundial y tiene ocupado Estados Unidos mientras controla todo el mundo, la tecnología ha evolucionado en un sentido muy diferente y la cultura que se ha impuesto es una mezcla de la japonesa con la local) con un final deslumbrante marca de la casa (lo que significa que es posible que decepcione a quien busque uno más convencional tipo thriller).

    Mi única objeción es en el desarrollo de la obra, carente de brillo. Hace poco Tones discutía en Xataka el caso de la crítica habitual hacia Dick: su prosa deja mucho que desear. Aquí mi regreso a Dick después de tantos años me ha llevado a darle la razón a sus críticos, en “El hombre en el castillo” se pueden encontrar muchos elementos valiosos, pero una prosa deslumbrante no es uno de ellos. En Amazon está en tapa blanda.







  • La guerra civil española, Antony Beevor. Me ha encantado. Tenía muchas ganas de hincarle el diente a un buen libro de historia sobre la guerra civil y en este he encontrado lo que buscaba: un enfoque que me ha parecido muy documentado, no movido por la ideología y ausente de maniqueísmo. Y digo “me ha parecido” porque desafortunadamente uno carece del conocimiento suficiente como para poder compararlo con otros historiadores.

    En todo caso en “La guerra civil española” de Antony Beevor vamos a encontrar un fenomenal punto de partida para empezar a entender el antes (muy minucioso sobre la segunda república), la guerra, el fascismo, la resistencia de los comunistas y anarquistas, los movimientos tácticos de las potencias extranjeras, las incontables batalla con especial detalle de las más importantes y la postguerra. Muy ameno, que a nadie asusten las 1000 páginas. En Amazon está a muy buen precio, pasta dura si vamos a leer / consultar en casa, mejor blanda si nos lo vamos a llevar.







  • El impostor de Javier Cercas. Ya lo comentamos hace un par de meses con más detalle. Sigo pensando lo mismo, muy recomendable.





  • Teorías sobre la cultura en la era posmoderna, de Marvin Harris. Es uno de esos libros que cuesta recomendar. Aquí Harris se vuelca al plano más teórico de su disciplina para defender eso tan difícil de conciliar como es su defensa del método científico en la antropología con la existencia de las superestructuras devenidas del materialismo histórico.

    En todo caso Harris es un autor imprescindible para afrontar uno de los debates más interesantes que está aflorando en los últimos años: el de la influencia ecológica y tecnológica en la cultura y el individuo frente a las visiones ahora reforzadas por los biólogos evolutivos que defienden la gran influencia de la naturaleza humana. En todo caso, este libro es poco accesible y con mucho recomiendo empezar por Caníbales y reyes en el que hace un repaso extraordinario a la historia de las culturas humanas con especial detenimiento en tres aspectos: las estructuras de poder (su aparición y desarrollo), el canibalismo y el infanticidio.







  • Como propina, “La conquista de lo cool“, de Thomas Frank. Lo puedo recomendar a medias, es de hecho el libro que estoy leyendo, aunque me está gustando mucho. Frank discute la tesis universal de que la contracultura de los sesenta fue asimilada / devorada por el capitalismo, que desde entonces se empeñaría en revestir la rebeldía y el ir contracorriente por la vía de la publicidad. En “La conquista de lo cool” se defiende que el proceso en realidad no fue “rebelión de las masas contra el capitalismo de los 50″ sino que en gran parte la contracultura fue definida e impulsado en los laboratorios de las agencias creativas y de publicidad.

    Sólo por la gran documentación que aporta Frank merece la pena leer este libro, aunque sólo sea por poder tener algo de perspectiva en las discusiones habituales sobre “lo hipster”. En Amazon sólo papel, me temo.




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